jueves, 16 de abril de 2009

EL HALLAZGO

Según cuenta la historia, en el año 1860 llegó a Motupe Fray Juan Abad, un sacerdote perteneciente a la orden de los franciscanos. A diferencia de los otros, Fray Juan se refugió en la soledad del inaccesible -en ese entonces- cerro Chalpón, con el propósito de meditar en la tranquilidad del lugar. En esa zona, Fray Juan Abad talló una cruz de madera de un árbol de guayacán y la trasladó a lo más alto del cerro.
En una de sus pocas visitas al pueblo, Fray Juan contó a algunas personas sobre la existencia del madero, a quienes recomendó su búsqueda. Este anuncio lo hizo el sacerdote Abad poco antes de desaparecer misteriosamente.
A raíz del pánico colectivo que provocó el anuncio de un cataclismo mundial en 1868, la sugerencia de búsqueda de la cruz toma mayor fuerza. Desde los primeros días del mes de agosto, los lugareños decidieron buscarla, pero este propósito no tuvo los resultados esperados.
Entonces el poblador José Anteparra Peralta, luego de una agotadora e indesmallable búsqueda, logró divisar entre lo pedregoso y accidentado del cerro al santo madero. Al día siguiente, Anteparra y un grupo de lugareños llegaron hasta la zona del hallazgo. En medio de un mar humano trasladaron a la cruz hasta el pueblo de Motupe. Es así como desde aquel entonces se instituyó la festividad religiosa en honor a la cruz de Chalpón.

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